El recibir educación es un derecho para todo individuo mexicano, desde el momento en que nacemos en este bello país tenemos la facultad para aprovechar de lo que nos corresponde.
Los niños ingresan al kínder a los 3 años aproximadamente y a partir de ese momento se dibuja un largo camino que recorrerá el infante, aún en el momento en que se convierta en hombre.
Kinder, primaria, secundaria, preparatoria, universidad, maestría, doctorado, etc, son sólo algunos títulos académicos que el ser humano puede alcanzar.
Ahora bien, siempre que se toca este tema, solemos dibujar en nuestra mente a un niño normal y corriente, un vecino, un hijo, un conocido o cualquier familiar, sin embargo nos detenemos a pensar en los niños con capacidades diferentes?
Gran parte de la población mexicana está compuesta por personas con capacidades distintas, que bien, se diferencian de los demás por múltiples cosas , entre ellos rasgos físicos y mentales. Estas características propias no marcan el impedimento total en la realización de actividades, ya que se ha demostrado que sus limitantes han llegado a convertirse en fortalezas a través del desarrollo de sentidos y creatividad, aspectos que logra colocarlos, inclusive muy por encima del ser humano normal.
Las personas especializadas en educación especial, cuentan con los conocimientos adecuados para ayudar a los niños en el desarrollo de sus habilidades cognitivas, que son de gran utilidad no sólo en el ámbito académico, sino también en la vida diaria.
Entre los niños con capacidades diferentes tenemos: síndrome de Dawn, autismo, sordera, problemas de lenguaje, problemas a nivel motor, retraso mental, entre otros.
Cabe mencionar que la forma que cada uno tiene de aprender varía de acuerdo a su enfermedad, puesto que las técnicas empleadas para cada caso son distintas, por ejemplo: a los niños con problemas auditivos graves, se les estimula a través del lenguaje a señas, sin embargo a los pequeños con algún síndrome como Dawn sólo se le motiva a la mejor forma de enfrentar sus conflictos cotidianos, es decir, se busca hacerlos independientes.
Nosotros como sociedad no debemos limitar a nadie ni mucho menos a las personas con capacidades distintas, pues muchas veces nuestra actitud y trato ante ellos es un impedimento para su desarrollo.
Si pensamos y valoramos la vida, sabremos reaccionar ante tal situación en la que los únicos personajes son el respeto y el apoyo.
Por: Ruth Nohemi Parada Rodrigues
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