viernes, 13 de mayo de 2011

INDEPENDENCIA Y LIBERTAD



Al hablar de independencia, siempre lo tendemos a relacionar con la lucha entre nuestros antepasados y el imperio Español, en el que se mencionan a grandes héroes que por siempre permanecerán en la mente de cada individuo Mexicano. 

Sin embargo el mencionar esta palabra con gran peso no engloba sólo a aquellos que han derramado sangre valiente en la lucha de sus ideales, pues en esta ocasión quisiera asentarlo a la independencia que más nos cuesta lograr, me refiero a la independencia como personas, es decir de nuestros padres.
Se cree que el ser humano es un animal pensante, que a diferencia de los demás tiene la capacidad de razonar, poniéndonos por encima de las demás especies, sin embargo, esto ¿realmente es una realidad? Para llegar al fondo de la incógnita, analicemos las diferencias y similitudes entre el “hombre” y cualquier otra especie animal” 

La naturaleza es muy sabia, tanto así que sabe el momento en que cada ser existente es capaz de sobrevivir en el mundo, por ejemplo, los pequeños pichones son aventados de sus nidos a los pocos días de haber nacido, pues su madre confía en que ya están preparados para aprender a volar, y una vez que lo logran abandonan el nido para siempre.
Por su parte las tortugas realizan un viaje muy largo para depositar sus cientos de huevos en las costas de alguna playa, una vez depositados regresan mar adentro sin saber si algún día conocerán a sus crías. De la misma forma que sus madres, las pequeñas tortugas deben caminar una gran distancia entre la arena y el agua del mar, esto sin contar en los múltiples riesgos que conlleva el viaje, en los que se encuentran cazadores furtivos, aves, o algunas bestias marinas que los disfrutan como platillo principal.
A esta pequeña edad, a las tortugas se les somete a vivir de forma independiente, acaso ¿el ser humano podría realizar lo mismo? Tal parece que no, ahora bien, algunos animales como los caballos, en el momento de nacer se ven obligados a caminar, inclusive, hay casos en los que intentan hasta galopar. Si comparamos a estas tres especies de animales con el hombre, podríamos pensar que éstos tienen la capacidad de alcanzar su independencia mucho más rápido que el ser humano, ya que desde el momento en que un niño llega al seno familiar, se le cuida, protege, etc. Pero estas acciones y muestras de cariño podrían tornarse en una sobreprotección. 

Una persona se mantiene al lado de su familia aun pasando la mayoría de edad, en donde se supone que ya es capaz de realizar diversas actividades, entre ellas, conseguir trabajo y percibir un salario.
Sin embargo, en nuestro país se visualizan jóvenes cuya estancia en el hogar o “nido” se prolonga. Muchas veces es el resultado de estar cursando alguna carrera universitaria, no obstante lo preocupante viene después, cuando el hijo logra obtener un título y una cédula profesional y pese a todo esto no logra conseguir empleo, manteniéndose como pichón cerca de su madre. 

Entonces la independencia no se ha podido dar, porque a pesar de vivir en un mundo “libre” seguimos siendo esclavos de nosotros mismos, pues no nos atrevemos a enfrentar al mundo, nos convertimos en seres conformistas que al primer golpe caen rendidos. 

No nos atrevemos a levantarnos y luchar por nuestra propia independencia, la guerra del presente no se combate con machetes y piedras, no se combate con bombas y fuego, la guerra del presente se combate con optimismo, con impulso, con metas y objetivos, pero sobre todo con constancia, paciencia y confianza en uno mismo. 

Por: Ruth Nohemi Parada Rodriguez

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