viernes, 13 de mayo de 2011

Libertad e Independencia




Un grupo de ciudadanos, ilusionados y comprometidos a construir una república de leyes y no de hombres, se entregaron en una de las más admirables y duras contiendas por dejar de ser colonia y convertirse en nación libre e independiente. 

Hoy Estados Unidos, una joven nación, con sus defectos y virtudes, con su rica historia de luchas, éxitos y fracasos, es sin duda un referente indiscutible de democracia, Estado de Derecho, libertad y desarrollo.
Esta historia no es discurso ni ofertas incumplidas. Es el testimonio de un grupo de ciudadanos que, en minoría y soledad, decidió arriesgar su vida y todo lo que tenía por la libertad y la construcción del sueño americano. 

En América Latina, Chile está logrando construir una visión de Estado, un plan y resultados exitosos. Otros le siguen y van por buen camino. 

Qué lejos del progreso están los países latinoamericanos donde se retuercen los verdaderos significados de democracia y libertad! Pueblos estos que, pobres antes, lo son más ahora.
Ni dictaduras, ni gobiernos de izquierda o derecha, han sido capaces de sumar dos más dos y sentar las bases para construir naciones prósperas. Esta media docena de países vive la aberración del retroceso, el autoritarismo, la confrontación y el ostracismo. 

El futuro próximo de estos países es oscuro y pesimista. Su laberinto no tiene salida visible mientras sus élites no entiendan que tendrán resultados positivos hasta que dejen de hacer lo mismo, una y otra vez, pensando que están resolviendo.
Pueblos pobres e ignorantes acosados por grupos poderosos, populistas y antidemocráticos. En este sentido se han juntado, como dicen, no el hambre y las ganas de comer, sino el cuentista y las ganas de vivir del cuento. 

Esperemos que salgan de este letargo y engaño asfixiante para retomar el rumbo hacia la libertad, la democracia verdadera y la independencia. La soberanía del pueblo a través de instituciones democráticas y Estado de Derecho. 

El mayor déficit de estos países en este momento es la confianza. Nadie confía en nadie. Y sin confianza, tanto la economía como la política se paralizan.
Lo que nos falta es el grupo de fundadores capaces de inspirar, dar confianza y definir el rumbo para convocar a todos y echar andar hacia el futuro.

Por: Nestor Chiñas Gonzales

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