jueves, 2 de junio de 2011

RESPONSABILIDAD EN EL MEDIO


Los medios de comunicación e información han obtenido un espacio en nuestras vidas de carácter específico que, por otra parte, determinan el desarrollo de la misma. La influencia de los mass media va creciendo en la medida en que los avances tecnológicos se producen. Dentro de este espacio de influencia, los medios nos ayudan a saber y conocer aún más datos sobre lo que sucede en el resto del mundo, además de permitirnos buscarle un significado a los hechos ocurridos. Es significativo destacar que su ámbito de influencia también abarca nuestro espacio de tiempo libre y de ocio, estructurándolo y determinándolo. Pero no olvidemos, como afirma Gispert (1999), que no son la única forma de pasar el tiempo.
Tradicionalmente se ha entendido la transmisión de la información como la principal característica de los mass media. Sin embargo, éstos se caracterizan por algo más. Dan al sujeto la posibilidad de acceder a ellos desde cualquier lugar, de emitir los mensajes a través del papel o de las ondas, permiten entrar en contacto con una audiencia amplia, que, por lo general, se encuentra alejada. Junto a ello, van a posibilitar, en la mayoría de los casos, preservar nuestro anonimato e intimidad. También es verdad que aunque hoy en día la mayoría de las personas tenemos acceso a los medios, igual de cierto es que no vemos la televisión, oímos la radio, leemos la prensa o nos conectamos a internet diariamente; de ahí la probabilidad de que la comunicación –que sería deseada- no llegue a producirse.
Me pregunto si la alianza familia-medios era necesaria para ambas partes y si era así en qué grado. La respuesta a la primera pregunta es un rotundo sí.
Este matrimonio es indisoluble. Por ello consideramos que tanto un miembro como el otro han de poner todo lo mejor para que dicha relación sea fructífera. Por un lado, la familia debe ser crítica con los productos que los medios de comunicación ofrecen, no debe emitir juicios sin datos claros y veraces, ya que todos tendemos a emitir juicios de valor sin base, llamemos científica. Los progenitores han de recibir una formación que los eduque en el desarrollo de un sentido crítico nacido de la reflexión. Por otro lado, los medios deben analizar la demanda que los diferentes miembros de la familia plantean, presentando una oferta de programas y servicios.
El grado en que esta relación debe de darse podemos afirmar ha de ser total. Aunque las relaciones matrimoniales suelen pasar por diferentes etapas y, en este momento, ésta sea crítica, su enlace debe continuar por el bien de ambos contrayentes.
Lo dicho anteriormente no es óbice para obviar el principal problema que actualmente persigue a esta relación, y que no es otro que el sentimiento que vive la familia al no verse reflejada en los productos que la mayoría de los medios de comunicación ofrecen, a la vez que éstos han olvidado cuál es su verdadero fin: informar y entretener.
Esta circunstancia es la que ha de ser trabajada por ambas partes. Mantener una relación parigual, un matrimonio homogéneo, necesita de un diálogo continuo, donde ambas partes se sientan escuchadas, donde la familia vea y crea que los productos que los medios de comunicación ofrecen pueden cubrir sus necesidades reales –y no aquellas que los productos que ofrecen los diferentes programas generan-, y donde la reflexión sea la guía de esta unión marital.

MARIA DE LOURDES MUÑIS MERCADO

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